página 3 del manuscrito
un tío mío, donde estuve por
espacio de un año, enseñándole a leer a un hijo suyo; pero como tuvieron tan
triste fin, paso por alto lo que allí padecí. (6)
Con motivo de una revolución
que estalló en Colombia en 1885, tuve que huir a Venezuela, no sin muchos
percances con las tropas por el camino. (7)
(Nuevamente desorientado, seguí
de escribiente de un leguleyo).
Un presbítero que había quedado
rezagado en San Antonio del Táchira, después de una Visita Pastoral, se
aprovechó de mi vocación al sacerdocio, para recaudar fondos y poder él
regresar a Maracaibo.
(6) Véase la obra: Triste fin de mis perseguidores.
(7) Las compañías del ejército me registraban, y, porque
yo no grité que un soldado arrebataba un reloj, ajeno, me iban a dar de palos;
pero el General en Jefe, me puso en libertad, para caer luégo en manos de
unos forajidos que iban saqueando los hogares, detrás de las tropas, a una
distancia regular. (Fueron a los tres días fusilados en Pamplona). (Cursiva agregada, corresponde a la página 5)
Fin de la cita.
El Pbro. Marcelo Maldonado narra la el triste final de su
tío y primo, mencionado una obra detallada para esos episodios. Menciona la
guerra civil en Colombia de 1885 o la Revolución
de 18851 entre Liberales y Conservadores, y su travesía entre las
tropas y delincuentes en el camino. Desorientado es escribiente de un leguleyo2
y narra cómo fue aprovechado por un sacerdote.
Referencias
1Vélez Ocampo, Antonio. “Revolución
de 1885” Biblioteca Luis Ángel Arango.
Real Academia Española ©
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